Escrito por: Jorge Enrique Orejuela, docente del programa de Administración Ambiental

En el programa de Administración Ambiental de la Universidad Autónoma de Occidente, cada semestre acontece un acto de magia.  Sí, un acto de magia transformadora en el que 25 jóvenes estudiantes de quinto o sexto semestre ingresan sin mayor experiencia investigativa y en un lapso de escasas 16 semanas salen convertidos en investigadores.

Este es un acto de magia pedagógica transformadora.  Esta magia arranca con un puñado de iniciados, estudiantes bisoños en investigación, con intereses académicos apenas insinuándose en algunos pocos y en la mayoría completamente subyacentes.  Estos estudiantes, que hasta ese momento de su carrera nunca habían sido confrontados con el mundo maravilloso pero intimidante de la investigación, son recibidos con afecto y guiados de manera certera por los caminos disciplinados de los procesos investigativos.

En la asignatura Seminario de Investigación de la profesora Elizabeth Muñoz, doctora en Ciencias Naturales para el Desarrollo, los estudiantes no solo pueden aprender los fundamentos de la investigación científica sino que practican las metodologías en lugares específicos como la Laguna de Sonso y la ensenada de Piangüita, donde la profesora y su equipo de docentes y estudiantes colaboradores, motivan y orientan a los estudiantes en temas de investigación prácticos y realizables en el semestre, que ellos mismos identifican y diseñan.

Con asesorías programadas y compartidas en clase, cada grupo de estudiantes define un proyecto de investigación real, el cual se torna en su reto particular para llevar el proceso investigativo a una conclusión, resolviendo total o parcialmente un problema socioambiental concreto.  Luego, ese producto es llevado a una presentación sustentada por el grupo al resto de la clase.  Este resultado de la investigación, es escrito y perfilado como un producto académico perfectamente presentable para publicación a una revista científica siguiendo el formato especial de las publicaciones técnicas.

He querido seleccionar cinco ejemplos de estudiantes para los cuales el Seminario de Investigación sirvió como el punto de partida  que transformó el curso de sus vidas:

Sebastián Restrepo Calle inició su seminario investigando las aves de la ciudad en 2003 y después de un paso brillante por el Instituto de Investigaciones, Alexander von Humboldt es hoy día docente-investigador en ecología de la Pontificia Universidad Javeriana.

Gino Riccio en 2006 eligió como tema para investigar en el Seminario el sistema de producción de caña de azúcar, tema que fue la base de su tesis de grado que contribuyó a mejorar la generación de energía utilizando residuos del corte de la caña como combustible. En la actualidad, este sistema está en pleno uso en la mayoría de los ingenios azucareros de la región.

Alexander Cuéllar en el Seminario 2012, propuso que al cosechar el banano se aprovechara el raquis como posible insumo fibroso de pulpa para la fabricación de papel, al tiempo que se reduciría la acumulación de desechos orgánicos. Con el tiempo esta investigación abrió la puerta para producir papel de calidad y llegó a ser una de las iniciativas de investigación premiadas por su innovación a nivel de América Latina.

El grupo de cuatro estudiantes del Seminario 2013 de la doctora Muñoz (Paula Andrea Hernández, Angie Martínez, Juliana Ángel y Valeria Zambrano), que investigó sistemas de producción de hongos comestibles, obtuvo notoriedad al convertirse en una propuesta de investigación que se expuso en un evento internacional de producción alimentaria en Dubai, Emiratos Árabes Unidos.  Hoy día las estudiantes continúan su labor en un emprendimiento empresarial propio con notable adelanto.

Una investigación realizada por la estudiante Daniela Molina en el Seminario 2016, fue continuada como proyecto de tesis.  Posteriormente, recibió beca nacional para investigar las potencialidades de una cadena productiva que integra el turismo comunitario sostenible con la producción de caucho con el municipio de El Doncello, Caquetá, otrora una región asolada por el conflicto armado y hoy día un ejemplo de recuperación socioeconómica y ambiental que promete situarse a la vanguardia en turismo de naturaleza.

Estos cinco ejemplos demuestran como el interés y confianza para adelantar investigación puede convertirse en pasión que conduce a productos intelectuales que benefician a muchas personas y que abren espacios para el mejoramiento del bienestar humano.

Considero que este proceso formal, asumido desde una asignatura del Programa de Administración del Medio Ambiente por la profesora Muñoz, es un indicativo de lo que se puede lograr en poco tiempo, cuando se tiene el espíritu, la dedicación y el compromiso con la formación de estudiantes en el difícil mundo de la investigación científica.

Gracias a Elizabeth Muñoz por mantener viva esa pasión, por acompañar y facilitar el tránsito de sus estudiantes en el a veces, tortuoso camino de la investigación.  Gracias a esta asignatura los estudiantes de Ambiental continúan sus proyectos de grado con mayor facilidad y confianza en sus potencialidades.

Esta, a mi juicio, es la magia transformadora de la educación,  logro destacable del programa de Administración Ambiental, que puede y debe ser emulado en todas las carreras de la UAO.

Jorge E. Orejuela-Gartner, Ph.D
Docente Programa Administración Ambiental