En la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Occidente se gestan ideas y proyectos que afectan positivamente nuestro entorno, y algunos de ellos ponen la ingeniería no sólo al servicio del hombre sino de los demás seres vivos.
La ingeniería biomédica aplica los conocimientos de diversos campos de la ingeniería, tales como mecánica, electrónica e informática para resolver problemas del campo de la salud. El ingeniero biomédico, por lo tanto, adquiere no sólo un amplio conocimiento de los fundamentos tecnológicos sino conocimientos en el campo de la biología.
Entre las líneas de profundización del programa de Ingeniería Biomédica, es común encontrar la bioinstrumentación y la ingeniería de rehabilitación. Gracias al desarrollo de estas dos líneas, en las últimas décadas se han producido grandes avances en el desarrollo de prótesis para las extremidades superiores e inferiores en los humanos. Los conocimientos adquiridos en el desarrollo de dichos dispositivos son en muchas ocasiones extrapolables a los animales domésticos, especialmente cuadrúpedos como los perros, gatos, caballos, entre otros, que han permitido la creación de diferentes aparatos para mejorar la movilidad de estos animales.
En la Facultad de Ingeniería, en los programas académicos de pregrado, existe el curso de Actividad Complementaria, cuyo objetivo consiste en brindar a los ingenieros la oportunidad de complementar su formación profesional con actividades que potencien el trabajo autónomo, la creatividad, el trabajo en equipo y el liderazgo. Estas actividades son escogidas por los estudiantes libremente y supervisadas por un equipo de tutores, que se encargan de hacer seguimiento y valoración de resultados, productos o evidencias de aprendizaje.
Dentro de dichas actividades, se realizó la actividad llamada “Diseño de prótesis veterinarias” la cual se inspiró en la filosofía ‘maker’ y permitió que los alumnos ayudaran a mascotas con problemas de movilidad a recuperar su funcionalidad, usando tecnologías abiertas disponibles en la Universidad y materiales de bajo costo. Éste es el caso de los estudiantes Juan Camilo Vergara, Camila Thorp y Laura Escobar, estudiantes de Ingeniería Biomédica, al igual que Alejandra Hurtado y Luis Ospina, de Ingeniería Mecánica, quienes hicieron parte este curso de Actividad Complementaria, y desarrollaron prótesis veterinarias y sillas de ruedas para ayudar a varias mascotas a recuperar su movilidad.
Juan Camilo Vergara de quinto semestre de Ingeniería Biomédica, cuenta que la propuesta nació del profesor Andrés González, y “nos gustó porque así desde la ingeniería podríamos ayudar a otras especies, que nuestra carrera ayude a otros seres vivos y de una u otra manera sentir satisfacción y cierta conexión con lo ecológico”.
Por su parte María Camila Thorp afirma: “la investigación y diálogo con expertos en veterinaria también fue vital para el desarrollo de la actividad, pues para el estudio anatómico del perro, la extremidad faltante, nos dieron una guía y enfoque en cuanto a la lesión, el tipo de amputación y qué se debía tener en cuenta para ello”. Juan Camilo, Laura y Camila, decidieron continuar en el proyecto aún después de finalizar su curso de Actividad Complementaria, y actualmente ayudan a coordinar a los nuevos grupos de estudiantes, ofreciéndoles asesoría en los aspectos logísticos del proceso de diseño e implementación de la prótesis en los animales seleccionados, e investigando en aspectos biomecánicos y de materiales que permitan obtener cada vez mejores resultados.
Por su parte Luis Alberto Ospina y Alejandra Hurtado, estudiantes de Ingeniería Mecánica, nos cuentan que, en su caso, la mascota tenía 16 años y llevaba 10 años arrastrándose por una enfermedad llamada poliomielitis, la cual provoca atrofia muscular y parálisis. Ya se le habían intentado construir otras prótesis que no resultaron muy funcionales, pero gracias al desarrollo de éstos estudiantes se encontró una solución a través de una silla de ruedas. “La mascota se veía feliz al terminar el proceso, podía girar, sentarse, se adaptó perfectamente, no hubo necesidad de proceso de rehabilitación”.
Los resultados finales fueron expuestos a todos los demás estudiantes de las diferentes actividades complementarias. La actividad tuvo una excelente acogida por parte de estudiantes y profesores, “varios de los participantes manifestaron su interés en llevar adelante este proyecto. Se está trabajando en mejorar los casos actuales y abordar nuevos casos, y todo el conocimiento que se genere quedará abierto al público, a través de una página web donde se cargarán los diferentes casos, diseños, videos y materiales utilizados para que de esta manera, las personas tomen la información, puedan replicarla y así el proyecto se vuelva más grande y nos permita involucrar a diversas instituciones y personas interesadas en el bienestar de los animales”, afirma el profesor González. Actualmente el proyecto se encuentra en su segunda temporada, con la participación de 15 estudiantes, bajo la dirección de los profesores Andrés Mauricio González y Oscar Iván Campo.
Temas mencionados en este artículo