La docente Luz Marina Flórez Pardo, de la facultad de Ingeniería, lidera un proyecto de creación de bioplásticos biodegradables, hechos a partir de residuos vegetales, almidones, celulosa o moléculas como las pectinas, encontradas en las frutas, con el objetivo de brindar una solución a los daños hechos por la contaminación que generan a diario los plásticos de origen petroquímico, de un solo uso, en el medio ambiente y las especies marinas.
La relevancia de este proyecto hizo que fuera escogido dentro de la iniciativa Origen Colombia, liderada por Minciencias, que busca resaltar y evidenciar proyectos de líderes territoriales y empresas que, por medio de la ciencia, la tecnología y la innovación, contribuyen a la construcción de nación.
Para saber más mira este vídeo:
El camino para ser uno los proyectos protagonistas de esta iniciativa de Minciencias, comenzó en el año 2020, cuando la docente participó de una convocatoria llamada Sácale jugo a tu patente, donde su propuesta de creación de bioplásticos hechos con pectinas y almidón quedó escogida dentro de los mejores 30 proyectos, compitiendo con aproximadamente 400 iniciativas más.
Gracias a la participación en dicha convocatoria y a su desempeño dentro de la misma, la profesora Luz Marina, recibió capacitaciones en mercadeo, publicidad y otros temas relacionados con el escalamiento de proyectos tecnológicos, ofrecidas por Minciencias. Eso llamó la atención de los creadores de la serie Origen Colombia, quienes decidieron incluir este desarrollo dentro de los 21 proyectos documentados en video.
Más sobre los bioplásticos:
La tecnología utilizada para la creación de este producto amigable con el medio ambiente se puede utilizar a través de dos métodos, el medio acuoso o método casting, para obtener bioláminas, un producto delgado y flexible, que es utilizado para crear empaques. La otra metodología se da a partir de la extrusión o la termocompresión de materiales, un proceso similar al del plástico convencional, para obtener ‘pellets’, que son pequeños trozos de material, que, a partir de la fundición a altas temperaturas, se convierten en objetos de valor.
Este bioplástico tiene propiedades biodegradables, es soluble en agua y aporta fibra soluble a los microorganismos cuando es consumido. También puede servir para el consumo humano, que es otro de los proyectos que está realizando la docente junto a su equipo de trabajo, a través de la creación de unos platos que pueden ser comestibles.
Todos estos desarrollos que se pueden obtener a través de este bioplástico están dentro del marco de la economía circular, debido a que se obtienen a través de procesos no contaminantes y aprovechando desechos de origen natural.
“Me sorprendió que Minciencias eligiera esta iniciativa entre tantos proyectos, creo que es un logro personal y para la Universidad, porque demuestra ante un ente gubernamental, que lo que se está haciendo es para dar a conocer”, expresó la docente Luz Marina y agregó “todo nace a partir de sueños y se han podido materializar con el apoyo de todo el recurso humano y técnico que me ha brindado la facultad de Ingeniería, la vicerrectoría de Investigaciones, Innovación y Emprendimiento, y el personal de laboratorios de la Universidad. Se debe ser constante y perseverante, porque no es un camino fácil, pero así se pueden lograr estas cosas”.
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